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29 abril 2014

Capítulo 3: LA AVANZADILLA



    Zanky subió a su habitación, enfadado por todo lo que le estaba sucediendo. Primero le atacan dos dementores y luego quieren expulsarlo de Hogwarts y romperle su varita, y nadie le daba una explicación. Hedwig, su loro blanco, estaba allí, en su jaula, comiendo un melocotón, y a Zanky se le ocurrió que podría escribir a Ron y Jerma, a ver si le podían explicar algo.

    Esperaba que sus amigos le respondieran al día siguiente, pero ya había pasado cuatro días y nada, ni una señal. Tita seguía acampada en el jardín de los Dursleys, de cuando en cuando entraba en la casa por la noche para dejar la nevera vacía y usar el baño, tía Petunia estaba harta, pero no había forma de comunicarse con Tita Hagrid, porque según ella era invisible a los ojos de cualquiera gracias a su casco de camuflaje con ramitas.

    Zanky estaba muy aburrido, ahora Tita ni siquiera podía hacerle galletas, la señora Figg había recuperado su casa y en casa de los Dursleys no había MagiMix. Sólo podía pensar en aquella vista, en qué haría si era expulsado de Hogwarts, de forma que se pasaba el día metido en su habitación sin hablar con nadie, tumbado en la cama mirando al techo.

    Tío Vernon llamó a la puerta de su habitación y entró, muy contento.

-          Nos han mandado una invitación para asistir de público al programa de corazón favorito de tu tía. Vamos a ir nosotros tres. Tú no vienes. Quédate aquí encerrado, no cojas nada de la nevera, no abras a nadie, y por Dios, dile a esa amiga tuya que se vaya de nuestro jardín, los vecinos empiezan a hablar…

-          Pos vale.

-          Pos eso.

-          Pos adiós.

    Tío Vernon dio un portazo al salir y enseguida Zanky se quedó solo en casa con Tita y Fifí en el jardín. Por lo menos, pensó, estaba a salvo, nadie se atrevería a entrar con ella de segurata.

    Aquella misma tarde Zanky oyó como Tita entraba al baño de la planta baja. Se asomó por la ventana y vio a Fifí durmiendo en una hamaca. Pero había algo más… una serie de ruidos extraños en la planta baja, susurros, pasos… ¡había más gente!

    Zanky agarró con fuerza su varita y abrió la puerta de su habitación sin hacer ruido. Bajó las escaleras con cuidado y vio a ocho personas merodeando por el comedor, el salón y la cocina. A algunos no los conocía, pero a otros sí.

-          No hagáis ruido, la muerte puede estar en cualquier esquina –era Ojochungo, con su parche de pirata, su pata de palo, su garfio y su loro rojo en un hombro.

-          ¿Qué hacéis aquí? –preguntó Zanky a los presentes en voz alta.

-          Nada Zanky, estoy en el baño, ahora salgo –respondió Tita tras la puerta del baño.

Todos los presentes palidecieron.

-          Zanky –dijo Ojochungo con un susurro – habla en voz baja, no queremos que Tita Hagrid sepa que estamos aquí.

-          ¿Por qué? –preguntó Zanky.

-          Porque no es nada discreta y te tenemos que sacar de aquí con discreción –respondió Lupin, que también estaba allí, miró el reloj y añadió- Siete minutos hasta que Tita tire de la cadena y salga del baño, debemos darnos prisa.

    Por lo visto era una especie de misión secreta muy precisa.

-          Pero antes tenemos que asegurarnos de que eres el verdadero Zanky –dijo Lupin, sacando de su bolsillo una tarjetita- A ver… por 10 puntos ¿cuál es la forma de tu patronus y dónde apareció por primera vez?

-          Es una ardilla de la edad de hielo, y la vi por primera vez en el lago de Hogwarts, cuando los dementores estaban a punto de besar a Sirius.

-          ¡Correcto! –dijo Lupin en un susurro, guardándose la tarjetita con la pregunta.

-          Te ayudaré a hacer tu equipaje –dijo una chica a su lado, no la había visto hasta entonces- Vamos.

    Los dos subieron hasta la habitación de Zanky, él empezó a guardar las cosas en su baúl, sin ningún cuidado, mientras la chica revisaba la habitación con curiosidad.

-          Nunca había estado en una vivienda muggle, son muy diferentes a como los describe el señor Weasley… sin pinturas rupestres y con muebles… Por cierto, me llamo Nymphadora Tonks, soy auror, me saqué la carrera el año pasado así que aún estoy verde, como mi pelo… mmm no me gusta este verde –dijo al verse en un espejo del armario, cerró con fuerza los ojos, con todo el cuerpo en tensión, y de pronto su pelo se volvió rosa chicle- Así está mejor.

-          ¿Cómo has hecho eso? –preguntó Zanky, asombrado.

-          Soy metamorfomaga de nacimiento, puedo cambiar mi cuerpo como me dé la gana. Me ayudó mucho a aprobar Autotransformaciones.

    Desde abajo se oyó la voz susurrante de Lupin que les apremiaba:

-          Cuatro minutos, daos prisa.

-          Rápido Zanky, te ayudaré.

    Tonks comenzó a agarrar ropa del armario y a meterlo todo a presión en el baúl. Cuando hubieron terminado la chica hizo un hechizo y tanto el baúl como la jaula de Hedwig comenzaron a flotar ante ellos y a bajar las escaleras.

-          Rápido –dijo Ojochungo- Tenemos que irnos.

-          ¿A dónde? –pregunto Zanky – Me tenéis muy mal informado ¿eh?

-          A un lugar seguro, iremos en escoba, vamos a la calle –dijo, mientras lanzaba un hechizo de camuflaje de verdad, no como los de Tita, para que los muggles no los vieran- Tened mucho cuidado, cualquiera de nosotros puede morir, el objetivo es llevar a Zanky con vida. No os separéis demasiado, somos su escolta.

    En ese momento se oyó la cadena del inodoro y Tita salió del baño aún secándose las manos con El Profeta. De pronto vio que en la calle estaban todos con Zanky en escobas preparados para volar.

-          ¡La madre que os echó! ¡¡TRAIDOREEES!! –gritó Tita mientras corría al jardín, despertaba a Fifí tirándola de la hamaca y se ponía a guardar todo a toda prisa en su bandolera- ¡¡TRAIDOREEEEES!!

-          ¡Oh no! Nos ha visto –dijo Tonks, nerviosa y tapándose la cara- Y va a llamar la atención de todo el vecindario.

-          ¡YA NOS VEREMOS LAS CARAS, YA! – Tita les lanzaba toda clase de objetos, pinzas de la ropa, una tetera… hasta un colchón.

-          Vamos, ¡a volar! –exclamó Ojochungo, y todas las escobas comenzaron a elevarse en el aire.

    Zanky los siguió, sin saber muy bien lo que ocurría. Cuando ya estaban a suficiente altura Zanky se giró y vio a Tita agarrando con una mano a Fifí y con la otra el viejo paraguas volador de su prima Mary Poppins. El paraguas iba demasiado lento, jamás los alcanzaría, pero aún así se podían oír sus gritos en la distancia.

-          ¡¡NO CORRAIS, TRAIDOREEES!!

    Cuando ya la perdieron de vista la escolta de Zanky seguía a Ojochungo, que iba el primero en su escoba adaptada, que más bien parecía una fregona. Daba muchas vueltas para despistar a quienes pudieran seguirlos, ya fueran Tita o mortífagos. Hacía mucho frío pero finalmente bajaron en un parque cuando ya había anochecido y las farolas estaban encendiéndose. Uno de los chicos de la escolta se encargó de las escobas y el resto guió a Zanky hasta una calle con edificios estrechos, se situaron entre el número 11 y el 13.

-          Toma, lee para ti –Ojochungo tendió a Zanky un papel donde con letras rosas ponía una dirección.

“El Cuartel General de la Orden del Pavo está en la Calle de la Grima, 12”

-          Pero no es posible, aquí pasa del 11 al 13… falta un edific…

    Zanky se tuvo que tragar las palabras, nada más terminar de leer el papel los edificios 11 y 13 comenzaron a separarse y en un instante apareció ante ellos el número 12, con un cartel que ponía con letras luminosas de neón “Cuartel General de la Orden del Pavo”, y un pavo real con luces rojas.

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