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21 abril 2014

Capítulo 2: LA SEÑORA FIGG



    Zanky sabía que Tita había estado vigilándole, pero no tenía ni idea de que su vieja vecina, la señora Figg, estuviera al tanto de lo que ocurría en el mundo mágico. Y por lo visto Tita se había adueñado de su casa para utilizarla como base-cocina para su vigilancia.

-          No me puedo creer que hayan mandado a dos dementores a por mí, Tita. ¡Esto es muy grave!

-          ¿Grave? –respondió Tita, sin entender- ¿Por qué grave? Los dementores son unos angelitos, seguro que sólo querían jugar.

-          ¡Mira cómo han dejado a mi primo! –dijo Zanky, que llevaba a rastras a Dudley con su disfraz de pollo, medio atontado por el ataque del dementor.

-          Es que los pollos son unos enclenques, seguro que ha sido por el calor que hace. Buff, me estoy derritiendo. ¿Tu tía tiene algo fresquito en la nevera?

    Zanky abrió la puerta de la casa de los Dursleys. Tita soltó a Dudley en el suelo junto al salón y cerró, ordenando antes a Fifí que fuera a vigilar a la señora Figg. El sonido de la puerta alertó a tía Petunia, que salió a ver quién había llegado.

-¡¡DUDLEY!! ¡¡HIJO MÍO, QUÉ TE HAN HECHO!! ¡¡VERNON!! ¡Corre Vernon, está aquí la loca!

    En ese momento Dudley vomitó en la alfombra.

-          Pobrecito, algo le ha debido de sentar mal, ¿tienes maíz? –preguntó Tita, yendo hacia la cocina.

    Vernon asomó su enorme cabeza desde detrás de la nevera y vio a Tita, inmediatamente dio un salto hacia atrás, con un salchichón como única defensa.

-¡Atrás, no queremos problemas!

-¡Qué majos! –dijo Tita, mientras miraba en el interior de la nevera y sacaba un bote de maíz- Pitas pitas pitas, toma, primo de Zanky –decía, mientras tiraba granos de maíz por el suelo de la cocina.

    Petunia seguía al lado de su hijo, muy preocupada.

-          ¿Pero quién le ha vestido así? ¡Con lo mal que le sienta el amarillo! Dudley, ¿quién te ha hecho esto?

    Y Dudley señaló a Zanky.

-          Sacó su varita y se puso todo oscuro.

-          Naaah –dijo Tita, quitándole importancia con un movimiento de su mano-, si los dementores son unos amores. Eso ha sido un golpe de calor, seguro –cerró la puerta de la nevera y siguió dando vueltas a la masa de galletas del interior del bol que traía consigo-. Cucha bonita, ¿tienes Magimix?

-          ¿Magi qué?

    En ese instante entró un loro por la ventana, tenía corbata. Zanky agarró la carta que llevaba, con el sello del Ministerio de Magia.

-          Uyuyuyui Zanky, no la abras, los loros con corbata trabajan para los grises, sólo traen malas noticias.

    Pero Zanky no hizo caso, tenía curiosidad por saber qué quería el Ministerio de él.

Señor Zanky Potter
Le comunicamos desde el Departamento de Control de la Magia que según el Estatuto de Magia usted ha quebrantado el siguiente artículo:
“No se realizará magia delante de un muggle”.
Usted ha utilizado el hechizo Patronum sin permiso delante de un muggle a las 19:07 de este día, por tanto, y acorde a la legislación vigente, usted ha sido expulsado de Hogwarts. En varios días un par de agentes del Ministerio acudirán a su residencia para romperle su varita.
Que tenga un buen día.
Manoli Maja, Jefa del Dpto. de Control de la Magia.

-          Ya estamos con la Manoli de las narices, a ver si se jubila ya y deja de dar por saco –se quejó Tita-. Pues yo no me voy de aquí hasta que no readmitan a mi Zanky.

    Zanky recordó que a Tita también le rompieron la varita y la expulsaron de Hogwarts. Ella misma ocultó los pedazos de su varita en un rodillo de cocina, con el que todavía podía hacer algo de magia ilegal, y realmente nunca abandonó Hogwarts, se hizo una ocupa en el castillo y con el tiempo la hicieron profesora. Pero… ¿qué haría Zanky?

-          Pero… ¿cómo que me expulsan de Hogwarts? ¿PERO QUÉ INVENTO ES EEEESTE?

-          ¡Já! – gruñó tío Vernon-, te lo tienes merecido, por haber dejado a Dudley tonto.

-          Mira, esto… hipopótamo con bigote –Tita se acercó peligrosamente a tío Vernon-, un consejo, no hagas saltar a una gala cuyo cachorrito ha sido expulsado de Hogwarts o…

-          ¿O qué? –se envalentonó Vernon.

    Tita se puso roja de furia, pero su mirada se desvió de tío Vernon hacia la ventana, pues otro loro acababa de llegar. Fue corriendo hacia Zanky, muerta de la curiosidad.

-          ¿De quién es Zanky? ¿Qué pone? ¿Qué pone? ¿De quién es?

    Zanky vio la carta, estaba escrita muy rápido y le costaba entender lo que decía.

Zanky, nos hemos enterado de lo del Ministerio. Tranquilo, Dumbledore va a arreglarlo. Lo importante es que no salgas de la cueva de tus tíos y que no uses magia.
Firmado: Arthur Weasley

    Inmediatamente entró otro pajarillo llevando una carta. Esta era de Sirius, Zanky lo supo porque aún estaba húmeda.

Ay Zanky, qué pena más grande! No pasa nada, todo va a salir bien, tú sobre todo no te muevas de donde estás. Papi Sirius te quiere mucho.
Pd: Ojalá Tita estuviera contigo para que no te pasara nada, pero sigue en paradero desconocido.

-          ¡Hombre! Un sensato –exclamó Tita- Le daré un hueso cuando lo vea. ¿Qué estaba haciendo yo? Ah sí. Señor tío de Zanky, ven pa’ ca’ que te iba a partir las piernas.

    Pero de nuevo algo llamó la atención de Tita. Por el jardín trasero una señora mayor, con un moño blanco y un traje lleno de visillos intentaba saltar los setos y caía de morros contra el suelo.

-          ¡¡¡Señora Figg!!! –exclamó Tita, asombrada - ¿Pero dónde está Fifí? ¡Seguro que se ha vuelto a quedar dormida, mira que le he dicho que la vigilase!

    La señora Figg entró en la casa de los Dursleys, a los que conocía por ser su vecina de toda la vida. Aún tenía restos de esparadrapo y cuerdas por las piernas.

-          ¡Tita! ¡Me has secuestrado y me has encerrado en el sótano de mi propia casa!

-          ¿¿¿Yoooooo??? Para nada señora Figg, usted se cayó y yo la dejé delicadamente de reposo en su sofá.

-          Gala del demonio… ya he enviado un loro a Dumbledore explicándole lo que has hecho. Él me encargó a mí que vigilara a Zanky, lo llevo haciendo desde hace 14 años y nunca ha pasado nada. Lo haces tú y hala, lo expulsan de Hogwarts y le van a romper la varita. ¡Eres un desastre Tita! ¡¡Un desastre!!

    Tita pareció sentirse ofendida, pero después miró a Zanky, que estaba comiéndose la masa cruda de galletas del bol a palo seco y le asomó una sonrisita.

-          Sí, pero cocino mejor que usted.

-          ¡Pero señora Figg! –dijo, asombrada, tía Petunia- ¿Usted también?

-          Sí hija sí, soy un poco brujilla.

    Un nuevo loro con corbata llegó con otra carta, pero Tita la interceptó a tiempo, antes de que Zanky la recogiera. Tita tiró la carta al suelo y la pisoteó, saltando encima y pegándole puñetazos.

-          ¡¡Muereee!! ¡¡Muere carta del demonioooo, deja a mi Zanky en paz!!

Cuando Tita creyó que ya había sido suficiente, Zanky se agachó para recogerla, la abrió con cuidado y leyó en voz alta:

Señor Zanky Potter.
Nos dirigimos a usted desde el Departamento del Control de la Magia del Ministerio de Magia para comunicarle que se ha acordado con el director de Hogwarts una vista para tratar el asunto de magia ante muggles. Deberá acudir a las dependencias del Ministerio el próximo día 18 de Agosto a las 10 horas. Por tanto, no se le romperá la varita hasta conocer el resultado de la vista.
Que tenga un buen día.
Manoli Maja, Jefa del Dpto de Control de la Magia.

-          ¡Ese Dumbi, ese Dumbi! ¡Eh! ¡Eh! –cantó Tita, llena de felicidad- Albus 1 – 0 Los grises.

    Zanky respiró profundamente. La pesadilla había pasado por ahora, de modo que siguió comiendo la masa cruda de las galletas. En ese momento entró Fifí, con cara de sueño, por la puerta del jardín trasero.

-          ¿Y tú qué? –dijo Tita, con los brazos en jarra - ¿Ha dormido bien la marquesita? Ende luego… no te vuelvo a pedir que vigiles nada.

    Tras Fifí entró un loro rosa chillón con un sobre rojo.

-          ¡Es un vociferador! –advirtió la señora Figg, viendo como el loro se dirigía hacia Tita.

-          ¿A mí? –dijo Tita al loro- ¿A mí me vas a dar un chisme de estos? JA JA JA.

    Tita abrió el sobre sin ningún cuidado, éste se abrió y elevó en el aire con unos guantes de boxeo.

TITA, SOY DUMBLEDORE” Los guantes se lanzaron contra Tita, pero la gala los esquivó sin despeinarse. “NO VUELVAS A DESAPARECER DE ESTA FORMA” Tita agarró un guante y comenzó a darle capones. “TE PROHIBÍ EXPRESAMENTE QUE FUERAS CON ZANKY” El segundo guante intentó sujetar a Tita por el cuello, pero ella se adelantó y lo mordió. “QUIERO QUE TE VAYAS DE AHÍ AHORA MISMO, PODRÍAS PONER EN PELIGRO A ZANKY” Los guantes a esas alturas ya estaban hechos jirones, intentando escapar de Tita. “BESITOS”.

    Finalmente Tita soltó a los guantes de boxeo, que se fueron volando de la casa, como un perro con el rabo entre las piernas. Tita se puso seria de pronto.

-          Está bien, está bien. Ya veo que nadie me quiere aquí… Me voy, adiós ¿eh? Adiós… mirad como me voy, me estoy yendo… -Tita salió de la casa y una vez estuvo en el jardín abrió su bandolera y saco una tienda de campaña, no le costó mucho montarla bajo el melocotonero de los Dursleys-. Fifí, ven, ponte este casco de camuflaje –Ambas se pusieron un casco de color verde con ramitas clavadas-. Hale, ya no nos pueden ver.

-          Tita, te estamos viendo acampada en el jardín con la llama –dijo la señora Figg, cansada.

-          Ssssh, no digas nada Fifí, es una trampa… Pollo, ¡eh! Pollo, tráenos algo para picar anda –le dijo a Dudley, que aún seguía vestido de pollo amarillo.



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