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El Torneo de los 3 Pringaos [cap.32]
02 enero 2013
Capítulo 32: Hueso,
carne y pelo
El cementerio estaba junto a una vieja iglesia. Todo estaba
muy oscuro pero aún así Zanky pudo ver la lejana silueta de una destartalada
mansión en lo alto de una colina próxima. Estaban en el cementerio de Jalemon.
-
Cedric, tenemos que irnos de aquí –avisó Zanky,
fijándose en la piel de un plátano que había tirada junto a él.
En ese momento una figura encapuchada apareció desde las
sombras, llevaba un carrito rosa de bebé y algo en su interior se retorcía
ansioso, a Zanky comenzó a dolerle muchísimo la cicatriz en forma de Z de su
frente.
-
ZANKY, YA SÉ QUE ME HAS DICHO QUE ME CALLE, PERO
EL PLATO ESTÁ AGITÁNDOSE A LO BESTIA, ¿VA TODO BIEN? ¿QUÉ PASA? ¿YA TIENES LA
COPA?
Zanky estaba demasiado dolorido como para escuchar a Tita, y
eso que tenía el volumen del pinga a tope. Cedric en cambio sacó la varita y
apuntó al tipo encapuchado, pero éste los desarmó a los dos con un giro de
varita.
-
Mata al otro –dijo una inquietante voz desde
dentro del carrito rosa de bebé.
El encapuchado alzó su varita dispuesto a atacar a Cedric,
pero éste se echó para atrás, pisando la piel del plátano. Eso hizo que se
cayera hacia atrás golpeándose la cabeza con una estatua de piedra y muriendo
al acto.
-
Se ha resbalado con la piel del plátano de su
merienda, mi señor –dijo el encapuchado, su voz le sonaba familiar a Zanky, que
seguía con terribles dolores en la cicatriz.
-
¡Maldita sea! Ya no dejan a uno matar en
condiciones, ¡se matan ellos mismos! Esto que no salga de aquí, ¿me entiendes?
Que tengo una reputación. A ese me lo he cargado yo y punto en boca –el niño
del carrito rosa parecía tener muy mala leche.
-
Tita, acaban de matar a Cedric, creo que este es
el momento perfecto para decir… ¡SOCORRO!
Una serie de ruidos se escucharon a través del pinga,
parecía como si Tita hubiera dado un bote y hubiera tirado por los suelos el
aparato.
-
ZANKY, VAMOS PARA ALLÁ, CAMBIO, PUNTO Y COMA,
CIERRO PARÉNTESIS… ¡¡FIFÍ!! SACA MI TRAJE DE GUERRA. NO, EL LILA NO, EL QUE ME
PONGO EN HALLOWEEN. VAMOS FIFÍ VAMOOOOS. ¿DÓNDE ESTÁ EL PARAGUAS DE MARY
POPPINS? TÚ HIDRÁTATE, VAS A GASTAR MUCHA SALIVA. ¡¡CÓDIGO ULTRAMEGALILA A
TOPEEEEEE!! QUE MI ZANKY ESTÁ EN PELIGROOOOO.
El encapuchado se acercó a Zanky, y con un movimiento de
varita lo elevó por los aires y lo ató a la estatua de piedra donde se había
matado Cedric, aquella tumba pertenecía a Sorvolo Riddly, el padre de
Voldiport.
El hombre se quitó la capucha entonces y Zanky lo reconoció
de inmediato, era Cosita, el viejo tejoncito de Ron que el año pasado había escapado
para reunirse con el señor tenebroso, según la profecía de la profesora
Trolaney.
-
¡Cosita! ¡Tú!
- ¿COSITA? -dijo Tita al otro lado del pinga- ME SUENA DE ALGO… ¿ESE NO PRESENTABA EL
TELEDIARIO?
Desde el carrito rosa de bebé se removió el niño.
-
Lleva un pinganillo Cosita, ¡tápale la boca y
quítaselo!
Cosita se acercó a Zanky con una tela negra que puso
alrededor de su cabeza para taparle la boca.
-
Mmmmmmm….
-
MERLÍN SANTO FIFÍ, ¡¡QUE HAN CONVERTIDO A ZANKY EN
UNA VACA!! AGUANTA ZANKY, ¡¡¡AGUANTA QUE YA VAMOS DE CAMINO!!! NO FIFÍ, NO VAMOS A
VOLVER A CASA A POR UNA REBEQUITA SÓLO PORQUE TENGAS FRESCO, ZANKY ESTÁ EN
PELIGRO.
Cosita retiró el pinga de la oreja de Zanky, ahora estaba
solo frente al peligro.
De entre las piedras apareció una Mantis religiosa de un
palmo de alto llevando con mucha dificultad un libro que parecía de recetas.
Cosita lo abrió, agitó su varita y apareció un caldero con agua sobre una
hoguera.
-
Vamos, Cosita, que es para hoy, vamos vamos
vamos vamos.
-
Sí mi señor.
Cosita abrió el libro y comenzó a leer:
-
Calentar el caldero hasta que empiece a hervir
el agua. Después añadir el cuerpo del que se quiera resucitar.
Cosita agarró al bebé, una cosa muy fea y arrugada envuelta
en mantas sucias, y lo echó al agua. Zanky pensó que se ahogaría, o por lo
menos que se quemaría. Cosita siguió con la poción.
-
Añadir una pastilla de Avecrem y una pizca de
sal – Cosita siguió las instrucciones y removió con un cucharón de madera-. Seguidamente triturar un hueso del padre y echar poco a poco al caldero hasta
que tenga una textura espesa.
Cosita se agachó frente a Zanky y de la tumba extrajo un
hueso de la pierna del padre de Voldiport. Lo trituró con un mortero y echó el
hueso en polvo al caldero.
-
Date prisa Cosita, que esto empieza a quemar
–dijo una voz aguda desde dentro del caldero.
-
Sí, mi señor. Sigo con la receta: Agregar cuarto
y mitad del brazo del vasallo… esto… señor, ¿tenemos de eso?
-
¡Tu brazo idiota! Cuarto y mitad, y no me seas
rácano, hay que seguir la poción al pie de la letra.
Cosita dudó, sacó un cuchillo jamonero y empezó a temblar…
-
¿Y no vale con un poquito de caspa o mocos…?
también tengo cera de oídos.
-
¡COSITA! Cuarto y mitad de tu brazo ¡YA! Cagüen
la mar…
-
Sí, mi señor –aprovechó que nadie salvo Zanky le
veía y se cortó una uña para echarla al caldero – Ale, ya está.
-
Sigue con la receta, que me estoy arrugando ya.
-
50 gramos de pelo del enemigo más odiado, a ser
posible de la cabeza. Si el enemigo es calvo se puede echar pelos de los
sobacos.
Cosita se acercó a Zanky con un cuchillo y una balanza.
Empezó a cortar el flequillo de Zanky.
-
10 gramos…
Continuó con la coronilla haciendo varios trasquilones y
acabó dejándolo pelón.
-
Ya está, 50 gramos –los echó al caldero y
continuó leyendo la receta- agitar y flamear. Servir muy frío.
Cosita echó una llama de su varita al caldero. Éste comenzó
a brillar y a echar humo negro. Miles de burbujas enormes salieron del caldero,
muy espesas, y acabaron por formar una figura extraña. Cuando el humo
desapareció allí estaba él, vistiéndose con una túnica negra. Tenía un brazo más
largo que el otro y caminaba cojeando, un ojo inchado y la nariz torcida, pero
era él, con su larga y bonita melena.
Voldiport ha vuelto.
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