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01 julio 2009


Capítulo 16: El Bombo de Fuego

Dentro del castillo, las alumnas de Beauxbatons se sentaron en la mesa de Ravenclaw y los chicos cachas descamisados de Durmstrang, en Slytherin. Ron no apartaba la vista de Viktor Krum, buscando el mejor momento para pedirle un autógrafo. Jermayoni, en cambio, estaba entusiasmada con las alumnas galas.

- O sea, es genial, seguro que con ellas podremos tener una conversación decente, tía.

- Si Jerma, ademá podemo intercambiá impresione de lo desfile de moda, ya tenemo la fasion wi de Madrí, la de Milán, la de Londre y Nueva Yo, y ahora la de Parí, vamo, que si no no ponemo a la moda e poque somo tonta.

Mientras hablaban, Zanky se percató de que en la mesa de profesores sobraban dos sillas. Aun así, Dumbledore, Madame Maxime y Tita no se ponían de acuerdo a donde sentarse.

- Vamos a ver, señoras, yo soy el director y he dicho que a mi izquierda quiero a Cascao.

- Y me parece muy bien, Dumbledore - respondía Tita -, pero yo me pido tenerlo a mi izquierda, que si hace falta me vuelvo zurda.

- Pegdona que-gui-da, pego yo soy la invitada y cgeo que seguía un detalle que yo decidiega donde sentagme.

- Primero aprende a hablar, querida.

- ¡¡Oi lo que me ha dicho la bugga esta!!

- ¿Qué me has llamado? No, en serio, que no te he entendido.

- ¡¡¡¡BUGGA!!!!!

- Ah, vale... Bueno, por si acaso... - Tita chupó la copa que estaba a la izquierda de Cascao - ea, ya he marcado mi territorio, yo ceno en este sitio.

La directora de Beauxbatons se puso roja de rabia, pero al final se sentó al otro lado de Dumbledore.

Comenzó el banquete. Los platos comenzaron a llenarse de comidas extrañas.

- ¿Qué... qué es esto?

- Son caracoles - dijo Tita, que se había acercado a Zanky con un taper - muy francés, mirad, se come así. Primero se coge al caracol, si está metido cogéis un palillo y le sacais la cabeza, y después... gffffgfggfgfgggffffrrrrrr ains, qué rico, pero chupadlos fuerte hasta que no quede entrañas dentro de la cáscara ¿eh? y después chupadlo bien, que el caldillo está riquísimo.

- Creo que necesito ir al baño - dijo Jermayoni.

- Yo tabién, xiquilla.

Sin embargo, Zanky se giró hacia las alumnas de Beauxbatons, ninguna comía caracoles, de hecho, ninguna comía nada, estaban más preocupadas retocándose mirándose en unos espejitos, y poniendo la silicona inyectada en su sitio.

- Ea, ya me habéis hecho comer algo no-verde, ¡que estoy a dieta! oiiii tanto banquete va a ser mortal para mí... ea, Zanky, te he traido unas chuletas de cerdo que hice ayer para oler mientras me comía las acelgas, pero claro, la carne no la pude ni catar, ea, ¡que os aproveche!. - Tita se giró hacia la mesa de profesores y vio a Madame Maxime en su silla - ¡Eh tú! ¡¡so pelandrusca!! ¡¡¡suelta el bíceps de mi cachas!!!

Cenaron lo que pudieron, centrándose en las comidas que sabían al menos qué ingredientes tenían. Jermayoni sólo cenó un tomate, pero Jana vació varias bandejas de hamburguesas y pizzas.

- Tía, vas a reventar.

- Que no, o sea, te lo he dixo mir vese Jerma, xiquilla, que la comida de Jogua no engorda, que me lo dijo un erfo cosinero con gafa de sol...

Una alumna de Beauxbatons, rubia y con una oreja más arriba que la otra, se acercó a la mesa de Hufflepuff para pedir una servilleta, Ron se levantó para dársela y ella le dio un bofetón y le arañó la cara.

- Oig, lo sieeento, no sé qué me ha pasago, de verdad - "plas" - ¡otga vez! no sé, lo siento, debe de seg un reflejo de la silicona, es la pgimega vez que me pasa, lo consultagué con el cirujano plástico. Lo siento mucho - "plas".

Ron se sentó, medio hipnotizado, medio dolorido, y Jermayoni se escandalizó.

- ¡Pero qué se habrá creído esa! Aquí a Ron solo le pego yo. Ron, ven, que vean bien quien manda aquí - "plas plas plas plas plas plas plas" - ¿habéis visto, bonitas? solo yo, ¿eh? y que os vea darle un guantazo sin mi consentimiento... las muy aprovechadas...

- Di que si, colega - dijo la Susan, que casualmente pasaba por alli - me dan muy mala espina estas ocupas, ¿entiendees? antes han hecho que el Corleone, mi novio, me lleve la contraria, Y A LA SUSAN NADIE, ¡¡¡¡NADIE!!!! LE LLEVA LA CONTRARIA, ¿ENTIENDEEEEEEEEEEES?

Todos estaban centrados en Krum cuando Dumbledore se puso en pie, con su traje rosa y sus lacitos en la barba, anunció:

- ¡Por la puerta central, con tres años de carrera en el Ministerio y veintitrés en el mundo del deporte profesional, el famoso, el veloz, el inimitable jugador de Quidditch.... LUDO BAGMAAAN!

El Gran Comedor estalló en aplausos y vítores cuando Ludo apareció andando y sudando copiosamente por la puerta de la sala. Tardó diez minutos en llegar a su silla, y cuando se sentó, ésta se rompio.

- No os preocupeis - dijo - no tengo fuerzas para levantarme, comeré en el suelo.

- ¡Y por la puerta de atrás, con cuatro diplomas de derecho internacional, con tres cátedras en las mejores universidades del mundo, con más de diez años de experiencia como diplomático y más de cien juicios celebrados a sus espaldas... BARTY CROUNCH!

Nadie aplaudió, y un hombre que era todo mostacho entró por la pequeña puerta de atrás, solo Tita dijo, en un susurro que todos oyeron:

- ¡VAYA CON EL MOSTACHÍN...!

Entonces, Dumbledore se pintó los labios de rosa y se aclaró la voz.

- Estos dos señores son los que han llevado a cabo las negociaciones necesarias para que el Torneo de los Tres Pringaos se lleve a cabo.

- ¿Er Torpeo de qué? cuxa, que creo que me he perdío argo, ¿pero etos no eran estudiantes de intercambio?

- Y por ello... - prosiguió Dumbledore, ignorando a Jana - serán jueces en el Torneo.

- Que creo que no se m'ha oido, que desía que qué é er Torpeo ese...

- Deje, Dumbledore, yo me encargo de explicárselo... -Tita se puso en pie y se llevó a Jana a rastras hacia fuera de la sala.

- Como iba diciendo... - continuó Dumbledore - primero hemos de seleccionar un pringao de cada colegio. Por eso, desde ahora mismo hasta dentro de 24 horas, habrá un bombo en el vestíbulo donde los mayores de 17 años podrán dejar su nombre si quieren ser seleccionados. Os advierto, poner el nombre en el bombo es un contrato vinculante del cual nadie se podrá librar. Y además habrá un círculo de edad, para evitar que nadie menor pueda depositar su nombre y...

La puerta se abrió de pronto y se asomó Tita.

- Una cosita Albus, ¿esa cosa que había en el vestíbulo era muy valiosa? es que... digamos que Jana ha tropezado con él y ha salido rodando hasta el lago, y ya sabes como le gusta al calamar las cosas redondas...

Dumbledore se quedó mudo, pero después Tita comprendió.

- No pasa nada, creo que en el Mercadona de Jomesdei había un bombo parecido...

- No, Tita, deja, creo que hay un Bombo de Fuego de repuesto.

- ¡Ah! ¿Que era de fuego?

- Si, que-gui-da.

Tita se puso roja de ira, dejó a Jana en su sitio y se sentó junto a Cascao, solo entonces recobró su color normal.

Cuando Dumbledore se sentó de nuevo, decenas de chicos vestidos de negro y con gafas de sol fueron pasando por todas las mesas con papeles y plumas. La Susan se acercó con esos mismos contratos.

- Chicos, por cinco galeones la mafia podrá echar vuestro nombre en el Bombo de Fuego y así podréis participar en el Torneo, ¿qué me decís?

- Venga va, yo m' apunto xiquilla, que quiero sé famosa.

- ¿Alguien más? son sólo 5 galeones, y el premio si ganáis es de 1000 galeones, es un buen negocio.

- No, o sea, que seguro que habrá que ensuciarse.

- Yo tampoco - dijo Zanky - quiero un año tranquilo.

- Entonces yo tampoco - dijo Ron, haciendose el importante.

- Vosotros veréis, pero vamos a sacar un pastón, si cambiais de opinión localizadme antes de mañana, vamos a llevar las papeletas a última hora.

Alguien chistó a la Susan por detrás.

- A la Susan nadie le chista, porque la Susan no es una camarera, la Susan es... ¡Ah! Tita, no sabía que eras tú.

- Que no me vean, pero dime, ¿dónde hay que firmar?

- Pon tu nombre aquí y ya está, son 5 galeones.

- No, es gratis - protestó Tita.

- No Tita, son 5 galeones.

- No, es gratis - la corrigio Tita - recuerda que me debes un favor por haberte pasado las respuestas de mi examen de Como Mimar a las Criaturas Mágicas para que repasaras...

- ¡Ah! es verdad, ¿tienes el tiquet?

- Claro, toma - Tita entregó un papelito morado a la Susan - y toma - entregó 5 galeones - que Charlie también quiere.

Cuando ya estaba terminando el banquete, todos se fueron levantando. Cascao se acercó a ver qué tal estaba Krum.

- ¿Has cenado bien? ¿Te has echado novia? ¿Te ha molestado alguien? ¿Tienes calor?

- Si, no, no y un poco.

Cascao dio una palmada y enseguida dos cachas se levantaron, sacaron dos abanicos y comenzaron a abanicar a Krum.

- ¡Oh! perdona, no te había visto... - Cascao se fijó en la cicatriz en forma de Z de Zanky - eres... eres...

- Si, es Zanky Potter - dijo Tita, empujando a Madame Maxime -, es mi Zanky de toda la vida vamos...

- Ya veo, ya...

- Y... y esta chica tan guapa es Fleuggggg Delacouggggg, mira que mona es, ¿eh? mírala, Webo, ¡mírala!

- Si si, muy guapa.

Pero Cascao no apartaba la mirada de Zanky. Tita se burló de Madame Maxime en silencio.

- Bueno, guapo, vamos fuera, que estamos haciendo tapón... ¡ah no! que es el culo de la franchute... claro...

- Segá.... segá....

[...]

Al día siguiente, nadie quería perderse a los mayores de 17 metiendo las papeletas con sus nombres en el Bombo de Fuego, a su alrededor había un círculo blanquecino, el círculo de edad de Dumbledore.

- Pos yo voy a exá mi papeleta ahora, a mí no me da miedo ese sírculo, seguro que mi crema rejuvenesedora lo contrarresta, xiquilla. ¡Ahí voy!

Jana dio un paso dentro del círculo de edad. Nada ocurrió. Dio otro paso, con una sonrisa de superioridad en la boca. Pero cuando llegó al bombo sucedió algo.

- Cuxa, que pavo tengo, que se m'ha orvidao la papeleta, ¿tenei por ahí una xista de papel y un lapi?

Y de pronto, Jana comenzó a envejecer de forma alarmante, su cara se llenó de arrugas, sus manos también. Miles de pequeñas manchas cubrieron su piel y su pelo comenzó a volverse canoso. Sus labios se agrietaron y su nariz se arrugó.

La primera en chillar fue Jermayoni, después Jana se miró las manos y chilló aún más fuerte. Ahora chillaban Jermayoni y Jana juntas, como desesperadas. Jana corrió fuera del círculo, casi arrastrando los pies, pero cuando salió su aspecto no cambió. Las dos chicas siguieron chillando, y Jermayoni no se atrevía a tocar a su amiga.

- ¡Cómo mola! - dijo Ron.

- ¡Rápido! - chilló Jermayoni - ¡un Botiquín de maquillaje! ¡UN BOTIQUÍN!

Cuatro alumnas de Beauxbatons entregaron a Jermayoni sus bolsos. Jana estaba tumbada en el suelo, aún chillando, mirándose las manos. Los bolsos se desplegaron solos y salieron decenas de jeringuillas con etiquetas de "botox", "silicona"...

- ¡Esto no sirve! ¡¡Habrá que llevarla a la enfermería!!

De pronto, Cedric Diggory, después de haber dejado su papeleta en el bombo, se cambió de traje detrás de una columna, ahora era súper Cedric.

- ¡Yo la llevaré!

Se cargó a la anciana Jana al hombro y fue corriendo escaleras arriba.

- ¡Por lo que más quieras, o sea, que no se vea la cara en ningún espejo! ¡sino no lo cuenta!

Después del susto, Jermayoni se alejó varios metros más del círculo de edad. Y decidieron irse mejor a la cabaña de Tita, lejos de allí.

Bajaron despacio, corriendo, y después despacio otra vez cuando Jermayoni casi se cae con los taconazos. Llegaron a la puerta de casa de Tita.

- ¡Ya era hora! Panda de interesados. Claro, como la Tita está a dieta ya no usa la magimix ¿no? pues os habéis equivocado, ea. Mirad - Tita abrió un armario enorme, estaba lleno de cajas de galletas, intentos de pestiños y muchas magdalenas y empanadas - luego os llevais algo.

- Ya, es que... - dijo Zanky - con los pestiños de Jana vamos servidos.

Tita apretó los labios y crujió los dientes.

- Tita... ¿Qué llevas puesto?

Se fijaron en que Tita llevaba un traje que parecía piel de ciervo.

- Mi traje de los Domingos, piel de centauro, ¿qué quieres? ya me puse mi traje de gala de gala ayer, no voy a repetir esta noche el vestido ¿no?

- Oiii, que Tita está cayendo en las dulces garras de la moda - dijo Jermayoni, abriendo un pequeño estuche.

- Calla niña...

- Oye Tita, hemos fundado la OSEA, para llevar el estilismo y la ropa de marca a las elfinas domésticas. ¿Quieres hacerte miembro?

Jermayoni enseñó una chapita a Tita.

- Mira que bien me viene - Tita quitó la chapita a Jermayoni y se la puso en el pelo - es que tengo un pelo muy galo, cada uno va a la suya, a ver si así... ¿tienes más?

Tita vació el estuche de Jermayoni, y acabó en el pelo lleno de chapitas, a modo de decenas de coletitas pelirrojas, sumado al traje de piel de centauro le hacía un aspecto un tanto salvaje.

- ¡Oh! Mirad!

Tita señaló a la ventana, más allá, cerca del lago, estaba el barco de Durmstrang, y Dumbledore estaba junto a Cascao hablando, con un canguro negro con guantes rojos de boxeo.

- Debe ser Rambo, el canguro de Cascao, más majo él...

De repente, Tita giró la vista y vio a Madame Maxime corriendo cuesta abajo, tropezó y comenzó a caer con su traje caro, como una bola en dirección al barco.

- ¡Será guarrona! Esta se cree que me va a adelantar.

Tita salió corriendo de la cabaña a más no poder para llegar antes que Madame Maxime a recoger a Cascao para el banquete de esa noche.

Se quedaron en la cabaña viendo la carrera entre la directora y Tita, finalmente Tita chutó a Madame Maxime hasta el lago. Los tres chicos seguían en la cabaña, cogiendo algo del armario, cuando se dieron cuenta de que faltaba algo...

- ¡Jua-zú!

- ¡Vámonos, corred!

- ¡¡¡Jua-zú-zú-zú!!!

Llegaron al castillo y se fueron directos a la sala común a ponerse guapos. Jermayoni tardó, como siempre, mucho, pero Jana llegó de la enfermería.

- Oi, que mal lo he pasao, xiquillos, Dumbledore me ha dicho que ha sio mu raro que no me hisiera efecto na má pisá er sírculo, pero dise que é poque llevaba demasiada crema de bellesa. Ar finá me han echao un hechiso y m'he quedao como nueva. Acabo de vení der despaxo der OjoTuerto, que exaba yo en farta un poco de práctica der Imperiu...

A la hora del banquete todos estuvieron puntuales, pero deseaban terminar ya la cena para asistir al nombramiento de los tres pringaos del Torneo. Al pasar por el vestíbulo, Zanky vio a la Susan con cuatro bolsas negras enormes, estaba sacando papeletas a punta pala para meterlas todas en el bombo, que ya estaba prácticamente lleno, la Susan tenía una pierna metida en el bombo, apretando las papeletas, mientras iba metiendo más, y más.

Cuando por fin terminó el banquete, Dumbledore se levantó de su asiento. En esta ocasión le había tocado a Madame Maxime sentarse al lado de Webo Cascao, y Tita estuvo de morros toda la noche.

- Queridos alumnos, bellísimas francesas y cuadrados cachas... vamos a dar comienzo el ritual del bombo de fuego.

Toda la sala guardó silencio mientras Tita iba al vestíbulo y traía a rastras el bombo. Lo colocó en la mesa de profesores, y ella se sentó justo al lado.

Mientras tanto, Dumbledore se ausentó para cambiarse el traje, ahora lucía un vestido azul oscuro ajustado, y con unos taconazos que lo hacían el doble de alto, se había peinado para atrás y se había quitado las gafas. Tita tuvo que guiarlo hasta su lugar junto al bombo.

- Muy bien, comencemos pues el ritual.

Zanky vio como muchos cruzaban los dedos. Tita incluso tenía los ojos cerrados, haciendo fuerza para que saliera su nombre, y Charlie sudaba mucho de puro nervio. Ron parpadeaba a más no poder, y Jana estaba aguantando la respiración con un muslo de pollo asado grasiento en la mano.

- Tita, cuando quieras.

Y entonces, Tita hizo girar el bombo con una manivela. Le dio tan fuerte que el bombo salió disparado pasillo abajo.

- Tita, con menos ímpetu, con menos ímpetu...

- Si, si, eso dígaselo al ministerio, que no hace las cosas a prueba de galas... digo... - miró a Cascao - a prueba de inglesas. Deje, deje, voy a buscarlo.

Un rato después, Tita volvía con el bombo, lo colocó de nuevo en su lugar y lo hizo girar despacito. En su interior, decenas, o centenas de bolitas de papel comenzaron a girar como si fuera el sorteo de Navidad.

Salió una pequeña pelotita de papel y Dumbledore hizo una sonrisa falsa al decir:

- Pringá de Beauxbatons.

Y se giró, tanteando, para coger la bolita. Tardó un rato en desplegarla, parecía que no podía. Pero la que no podía con la impaciencia era Tita.

- Deje, anda, deje... - Tita deslió la bolita en tres segundos - ea, lea.

- Gracias Madame Maxime - dijo Dumbledore, sin percatarse de la cara de furia asesina que mostraban tanto Tita como la directra gala-. Bien, veamos, aquí pone...

Dumbledore se acercó el papelito hasta pegarlo en su retina.

- Fleur... De... Del.... Delacour, si eso, ¡Fleur Delacour!

La estudiante de Beauxbatons abrió muchó los ojos y la boca, tanto que su ojo derecho casi se le sale de la cuenca, y tuvieron que volver a encajarle la barbilla entre varias compañeras. Después se levantó y se dirigió a la tribuna principal, donde la esperaba su directora, allí la felicitó y Fleur desapareció por la puerta trasera.

- Pringao de Durmstrang.

De nuevo se hizo el silencio cuando Tita hizo girar el bombo.

- ¡Esperen! ¡detengan la selección!

Quien gritaba era Crounch.

- Ya está dando por saco el mustachín de los...

- Falta algo - continuó - esto es un bombo de fuego, no lo habéis calentado.

- ¡Es cierto! - dijo Dumbledore - Tita, dale a ON.

- ¿Dónde?

- Al botón de la izquierda, ese de color amarillo, donde pone ON.

- Espera que no lo encuentro, ¿dónde habrá ido a parar el botoncito? CHARLIEEEE, ven guapo, a ver si me puedes ayudar, hay que darle al ON.

Charlie se levantó de su asiento y enseguida apretó al botoncito. Entonces el bombo se encendió en color rojo y comenzó a quemar.

- Dumbledore, el próximo Torneo va a hacer girar el bombo la madre de quien yo le diga...

Entonces, Tita hizo girar el bombo de fuego, quemándose las manos y gritando mil insultos.

Una bolita salió del bombo cuando se detuvo, y Dumbledore la sujetó con cuidado entre los dedos, cambiándolo de mano hasta que se enfriara un poco. Tardó mucho en desliar la bolita, porque en esta ocasión Tita no lo ayudó, finalmente, se acercó el papel a los ojos y dijo:

- Vi... Viktor... Viktor Krrrr.... Krum, ¡Viktor Krum! ¡¡Felicidades macizorro!!

Todo el Gran Comedor estalló en aplausos y vítores. Ron parpadeaba muchísimo y Jermayoni y Jana hablaban en cuchicheos, rojas como tomates. Viktor se levantó y estuvo firmando autógrafos hasta que llegó, descamisado, hasta la mesa de profesores. Pero fue Dumbledore quien le felicitó, posando sus manos en su torso musculoso. Cascao tuvo que apartarlo para llevárselo por la puerta trasera.

- Ahora me reúno contigo, guapo, que no te he felicitado como es debido... ejem, y continuemos con el último pringao: el pringao, o pringá, de Hogwarts.

Dumbledore posó con la mano en las caderas y una sonrisa falsa mientras Tita volvía a dar vueltas al bombo, volviendo a gritar mil insultos al quemarse las manos. El bombo se detuvo y salió una bola.

Todo Hogwarts era una tumba, no se oía ni la sonora respiración de Enrique Alfarero. Sólo la más valiente de todo el castillo se atrevió a romper ese silencio:

- Hola - dijo Luna, pero nadie le respondió, todos miraban el bombo de fuego, esperando con ansias a que su director desliara el maldito papel.

Cuando por fin lo deslió, se acercó el papel a los ojos y dijo:

- Tit....

- TOMAAAAAAAA - chilló Tita, subiéndose a la mesa y levantando las manos.

- Digo... - se rectificó Dumbledore - Jan...

- Dedico ete premio a mi madre que me quiere muxo, a mi pardre que me compra to lo que le pio, y a mi Sanky, cuya boda....

- No, no perdón, - dijo Dumbledore - pone...

- O lo dice ya o quemo aquí mismo el contrato de no-atentado contra el director de la escuela, ¿entiendeeees?

- ¡¡¡CEDRIC DIGGORY!!!, si, eso pone, segurísimo, pone Cedric Diggory, mira Susan, ¿a que lo pone?

Cedric se puso en pie, con la barbilla bien alta, y se acercó a la mesa de profesores. Solo los Gryffindors aplaudían, el resto se fueron incorporando poco a poco, después de asumir la pérdida de los 5 galeones.

- Muy bien, guapo, pasa a la otra sala, enseguida voy con vosotros.

Cedric cruzó la puerta entre aplausos.

- Cucha, Dumbledore, en caso de que algún pringao muera accidentalmente... ¿tiene sustituto?

- No Tita, si muere queda descalificado.

- Vaya por dios, adios a las vacaciones en Machu Pichu, con las ganas que tenía Fifí de visitar a sus parientes...

Cuando todos se hubieron tranquilizado, Dumbledore tomó la palabra de nuevo.

- Bueno pues, estos serán los tres pringaos del Torneo. Los veremos en cada una de las tres diferentes pruebas enfrentarse a peligros inesperados y...

- Chssssst, Dumbledore.

- ... y haciendo gala de sus cualidades mágicas...

- Dumbledore, que esto se está meneando solo - dijo Tita, en voz bajita.

Dumbledore se giró y todos vieron como el bombo se movía solo. Tita no le había dado vueltas, y ella lo miraba atónita como si estuviera viendo un fantasma.

- ¡Se está moviendo solo ¿eh?! Luego no digáis que he sido yo o Chito, que siempre nos toca pagar el pato.

El bombo se detuvo y salió una nueva bolita. Dumbledore la cogió con cuidado, sin atreverse a desliarla. Toda la sala estaba en silencio, mirando al director.

Poco a poco, Albus la fue desliando, hasta que por fin vio el nombre que estaba escrito, aún así, no lo pronuncio hasta varios minutos después, cuando Tita dijo:

- ¡¡¡¡Que es pa hoy!!!!

Entonces Dumbledore dijo, bajito y sin apartar la vista del papelito:

- Zanky Potter.

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