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30 marzo 2009

Capítulo 10: Alboroto en el Ministerio 

Arthur llamó a todos muy temprano, el sol apenas era una fina línea de luz en el horizonte. Zanky se despertó sin haber dormido apenas y preparó sus cosas para marcharse de allí junto a sus amigos.

Ya estaban todos fuera de las cuevas esperando a Jana y Jermayoni, que tenían que recoger toda su ropa y sus potingues.

- Oye Arthur, vete tú para allá con estos y ya me espero yo a estas dos, y si eso pliego la tienda con ellas dos dentro como tarden mucho.

- No podemos, tenemos que usar un solo traslador.

- Y digo yo... - Tita miró con impaciencia la cueva - ¿por qué tenemos que cargar con Jana si ha venido sola? ¿es que no tiene dónde ir o qué?

Un rato más tarde Jana y Jermayoni salían de la cueva con dos maletas cada una y cargaron a Luna con otras dos. Tita pudo por fin desmontar la tienda hasta que quedó hecha un montón de piedras.

- Juraría que era plegable... 

Caminaron hasta el descampado de los trasladores, había mucha gente haciendo cola y ellos se pusieron los últimos. Vieron a lo lejos al señor del camping, caminando haciendo eses y con una sonrisa con babilla en los labios.

- Pobrecito, le han tenido que dar una sobredosis para olvidar todo lo de ayer... claro, no está en su hábitat...

- Oi, que se me olvidaba, ahora vengo, que Mostachín no me ha pagado aún. Y como no me pague prendo fuego al estadio con las veelas dentro.

Tita desapareció entre las tiendas. Enrique llevaba su inseparable bastón y su boina negra, y estaba lanzando miraditas a Jermayoni, que se enrojecía y miraba para otro lado, poniendo a Jana en medio.

- Enrique no me mire asín que no me controlo, y ya sabe que Sanky y yo etamo junto, lo siento pero no pué sé, xiquillo.

Zanky no entendía lo que decía Jana, no estaban juntos, estaban más bien separados por Jermayoni, Ron y los gemelos, que estaban en medio.

Al cabo de un rato llegó Tita con un saco.

- ¿Qué llevas en el saco, Tita?

- Pues como Mostachín no me ha querido pagar lo que pedía, he tenido que cobrarme en especies lo que faltaba, así que le he mangado un jamón que tenía en su tienda.

- ¡Yeja! ¿Un jamón? déjame verlo a ver si está bien curao.

Tita sacó el jamón y se lo enseñó a Enrique, que lo analizó con sumo cuidado.

- Ete jamón es d'un gorrino ibérico, sin duda, pero no es de pata negra, demasiado graso, pero está mu bien curao, mija.

- O sea, ¿pero no estabas a dieta?

- Dita sea, nunca me acuerdo... ains... qué hago ahora con este jamón... si no me lo puedo comer yo se lo tendrá que comer... - Tita miró a Zanky - Zanky, ¿hace un bocadillito de jamoncito para desayunar?

La cola avanzaba muy lenta, y Tita comenzó a impacientarse.

- Bueno ¿qué? ¿nos trasladamos o no nos trasladamos? ¡por Merlín! ¡¡he visto continentes moverse más deprisa!!

Salió de la fila y fue a ayudar al repartidor de los trasladores, comenzó a repartirlos a diestro y siniestro entre la gente hasta que le llegó el turno a ellos.

- Ea Manuel, sigue tú con el reparto, que se mejore la Toñi, mándale saludos de mi parte.

- Si, si, gracias, saludos para Fifí.

- Ea, anda con dios, majo.

- Tita, ¿lo conocías?

- No, pero nos hemos puesto a charlar y ya ves, nos hemos hecho amigos el Juaquín este y yo.

Se juntaron todos alrededor de una lata vieja y oxidada, Jana y Jermayoni se pusieron un guante anti-gérmenes y Tita examinó la lata con detenimiento.

- ¿Dónde está el botón de encendido?

- No Tita, no lleva botón.

- ¿Y el cable con el enchufe?

- Tampoco lleva. 

- Fíjate, qué moderno... ¿y qué se hace?

La lata comenzó a brillar y todos la tocaron. Tita estuvo empujando a Jermayoni para evitar el contacto con la lata, pero no consigió separarlas a tiempo.

Llegaron hasta un claro próximo a la Tejonera y allí dejaron la lata. La señora Weasley llegó deprisa, corriendo con el periódico en la mano izquierda y con la derecha en alto en dirección a los gemelos.

"Placa, placa"

- Fijo que habéis sido vosotros, oiii, oi que disgusto más grande cuando he visto El Profeta, ya me veía en Azkaban pagando la fianza con garbanzos, porque de galeones vamos bien justos. Hay que ver la que habéis liado ¿eh? con vuestros cacharros explosivos...

 - Jo mamá, que no hemos sido nosotros, han sido los mortífagos.

 - Los mort... ¿que sois mortífagos? - los gemelos comenzaron a correr en dirección al bosque, para esconderse - ¡¡¡¡Venid aquí ahora mismo!!!!

- Que no Molly, que no fueron ellos, angelitos, con los buenos que son, si se juntan con la Susan que es incapaz de hacer daño a una mosca. Por cierto chica, deja que te cuente, no veas cómo estaban los mortifagos, más buenorros...

- Cuenta Tita, cuenta...

Todos siguieron a Tita y Molly que caminaban hacia la casa. Enrique se desvió y fue directo al gallinero a recoger los huevos y después se puso a ordeñar vacas. Luna se quedó jugando con unas flores del jardín y Jana y Jermayoni fueron a su habitación a colgar los modelitos en el armario. Bill subió corriendo a su dormitorio en busca de su otro chivato y Charlie se fue a buscar leña al bosque, ansioso por buscar. Ron y Zanky fueron a la cocina, Tita y Molly les estaban preparando cada una un desayuno, Tita con el jamón y Molly con paletillas de cordero.

Arthur leyó el periódico, con cara de disgusto.

- Uff, la que se va a liar, la Danta Skeeter se ha puesto las botas con el incidente con los mortífagos, mirad lo que dice: "... es una irresponsabilidad que el Ministerio cuente entre sus agentes con una gala demente que comienza a cortar cabelleras a quien se le cruce por el camino..." o... "... más de un centenar de tiendas mágicas destruidas por los mortífagos, a pesar de que la zona estaba plagada de grises".

- Si, si, pero mira como no entraron en el Estadio ¿eh? por cierto... ¿a qué gala se refiere?

- A ti, Tita...

Tita no dijo nada, solo apretó los labios y entrecerró los ojos mientras estrujaba tres naranjas para hacer un zumo.

- Esto... señora Weasley... - Zanky estaba preocupado.

- ¿Si cielo?

- ¿Ha llegado mi loro por casualidad?

- No, no ha llegado correo aún.

- ¿Esperas correo, Zanky? ¿A quién has escrito? ¿Quién es él? ¿o es ella? te advierto que si es ella espero que te gusten calvas...

- Nada, nada...

Zanky subió a su dormitorio, seguido de Ron. Jana y Jermayoni se les unieron.

- Tengo una cosa que contaros, chicos.

- ¡¡Ui!! ar fin etoy presente en una de vuestra reuniones de xismorreo, pero tranquilo, palabrita de honó que de aquí no sale ná de lo que digái.

Zanky les contó el sueño que tuvo antes de los mundiales, y les contó también que había escrito a Sirius para quedarse más tranquilo. 

- Ese tar Siriu... me suena de argo...

- O sea, es solo un sueño, pero mira, mejor quedarte tranquilo, hiciste bien es escribir a Sirius, ¿cuando te despertaste te fijaste en si tenías ojeras? hay una crema de ojos que va divina para eso...

Los días pasaban. Tita tuvo que irse después de acompañar a Molly de compras por el Callejón Diagonal, iba a su aldea a recoger a Fifí de sus vacaciones con los jabalís. Arthur tuvo que volver al trabajo y apenas se le veía por casa, y Bill se fue también, agobiado porque su madre no le dejaba estar con el chivato. Charlie se pasaba el día corriendo por el bosque, buscando una ardilla a la que había marcado en la espalda con un poco de pintura blanca. Luna estaba por aquí y por allá, entre las flores u observando a Enrique mientras sacaba a pasear dos corderos por los campos próximos.

El día en que Molly trajo la compra, Zanky, Ron y Jermayoni bajaron a por sus nuevos libros.

- O sea, es ideal - Jermayoni se puso por encima un vestido de princesa, de color rosa y con un par de alas en la espalda, también con una corona dorada y un collar a juego - voy a ser la más divina de la fiesta de disfraces de navidad.

- ¿Va a haber fiesta de disfraces?

- Si Ron, pero ya te haré yo un disfraz de los míos, hijo. Toma Zanky, tu disfraz, lo escogió Tita - Molly entregó a Zanky un traje de magdalena de chocolate - Y Ron, aquí están tus libros, este también.

- Mami, este no es mío, es una revista de chicos en ropa interior.

- Si, lo sé, a ver, míralos, ¿cuál te gusta más? este es muy guapo ¿no?

- O sea, señora madre de Ron, que lo mío no etá aquí.

- Ya lo sé Jana, es que estás aquí de acoplada, perdona que te diga, no tengo por qué pagarte tus libros, ¿tú no tienes padres o qué?

- Ui, es verdá, a vé si los llamo. 

- Zanky, cielo, ¿duermes bien? ¿no has vuelto a tener pesadillas de esas con quien-da-yuyu-nombrarlo?

- Ermm... no señora Weasley.

- Menos mal, es que cuando me lo dijo Jana me quedé preocupadilla... en fin. En una hora estará la comida.

Un día, el señor Weasley llegó a casa  a la hora de comer, estaban todos en la mesa con el primer plato cuando les contó novedades del Ministerio.

- ¿Pues no va ahora la Danta Skeeter de las narices y descubre que Tita es una gala sin papeles? más vale que no se encuentren cara a cara o Tita la obligará a redactar la noticia de su propia muerte "accidental" antes de lanzarla por un precipicio de un rio lleno de pirañas. También ha descubierto que Hopkins no ha aparecido aún, mira que le dijimos a Bagoman que no era normal que tardara tanto en volver de Albania, pues nada, que no se ha dignado a buscarla hasta que Danta ha publicado su desaparición, y aún no la han encontrado. El Ministerio estos días es un caos, cientos de personas pidiendo idenmizaciones por la quema de tiendas, veelas pidiendo subsidios por pérdidas de cabello irreversibles... y no hemos encontrado ni un solo mortífago...

El señor Weasley se fue después de comer, de vuelta al Ministerio para ayudar con la crisis.

Molly acostó a todos temprano aquella noche, al día siguiente irían a Hogwarts y se quitaría de encima por fin a Jermayoni y a Jana, de nuevo se quedaría sola en casa y podría continuar copiando sus diseños de marca, aunque echaría mucho de menos a Enrique, realmente cuidaba muy bien de la cosecha y los animales de la granja, hasta dormía con ellos...

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