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- Zanky Potter y "El Torneo de los 3 Pringaos" -Cap.4-
Capítulo 4: Retorno a la Tejonera
Ya era el día, Zanky se pasó la mañana recogiendo sus pertenencias y metiéndolas en el baúl. Tuvo que acabarse tres cajas de galletas y dos de magdalenas para que el baúl pudiera cerrar, así que agradeció el fideo que tía Petunia le puso para comer.
Sus tíos estaban muy nerviosos, unos magos iban a visitarlos y no sabían cómo tratarlos. Tío Vernon se puso su mejor traje, quería dar la impresión de que eran muy superiores a los magos. Lástima que aquel traje era el de las bodas... cuatro tallas menor a la que ahora usaba, y se le notaban los michelines por todas partes, incluso le costaba respirar con la camisa abrochada, estaba un poco morado, pero se aguantaba por tal de quedar por encima de sus invitados.
A las cinco en punto Zanky ya tenía todo listo, y bajó al salón. Allí vio a Petúnia escondida tras las cortinas, mirando la calle y sospechando de cualquier coche desconocido. Tio Vernon estaba de pie, si se sentaba puede que el traje no aguantara tanta presión.
- Bien y... ¿cómo van a venir a recogerte? en coche... autobús... bicicleta...
- Pues... - Zanky dudó - no lo sé, pero podéis esperar cualquier cosa, incluso una alfombra voladora.
Vernon le lanzó una mirada amenazadora. Dudley estaba sentado en el sofá, sus tripas hacían mucho ruido y aún quedaba una hora para su merienda de media manzana. Tío Vernon comenzó a impacientarse.
- Bueno... ¿vienen o no vienen? si lo que pretenden es quedarse a merendar la llevan clara, como no traigan ellos la merienda...
De pronto comenzaron a oirse ruidos extraños en alguna parte del salón. Zanky, su primo y sus tíos miraban a todas partes, intentando averiguar de dónde provenían esos fuertes golpes.
- Mi cara...
Zanky reconoció la voz de Ron. Inmediatamente se oyó otro fuerte golpe.
- ¡AI! Papá, que me estás aplastando.
- Ui, perdona Ron, luego te curamos esos dos chichones.
Otro golpe más se oyó en el salón.
- Uff, menos mal papá, hemos aterrizado en blando.
- Si Charlie, encima de mí... necesito una tirita.
- Pero bueno, ¿a qué persona medianamente civilizada se le ocurre cerrar una chimenea?
Todos en el salón dirigieron sus miradas a la chimenea. Tía Petunia estaba escondida y camuflada entre las cortinas, con sus enormes ojos clavados en la chimenea, que tiempo atrás habían cerrado para poner una eléctrica. Dudley se asustó y se escondió tras el sofá. Y tío Vernon directamente dejó de respirar, parecía que estuviera clavado en el suelo. Zanky se acercó a la chimenea.
- ¿Se... señor Weasley?
- ¿Zanky? ¿eres tú? bien, al menos hemos llegado a donde queríamos. ¿Están tus tíos en casa?
- Si, están aquí...
- Bien, apartate de la chimenea, que vamos a entrar.
Zanky se apartó y una enorme explosión lanzó el pequeño muro y la estufa al otro lado del salón. De entre el polvo salieron tres pelirrojos: el señor Weasley, Ron con una herida en la cabeza y lleno de arañazos de gallo, y Charlie.
- Bueeenas taaardes señores Dursley. Mmi noombre es Arthur, Arthur Weaasley. Encantaado - el señor Weasley le tendió la mano a Vernon, pero Vernon no reaccionó. - Esto... Zanky, ¿hablan nuestro idioma? no estoy seguro de haberlo hecho bien, veamos... Hola, mi ser Arthur Weasley, mi contento de conocer a ti. - Tio Vernon seguía sin reaccionar - Creo que estoy haciendo algo mál... Zanky, ¿los muggles se saludan a cabebazos?
- No, no, es que... el traje no le deja hablar... voy a por mi baúl y nos vamos...
- No, espera - Ron se adelantó con Charlie - vamos nosotros.
Charlie y Ron subieron arriba a por el baúl de Zanky, y mientras, el señor Weasley estuvo un rato mirando las paredes y el techo.
- ¿Qué ha pasado con las pinturas?
- ¿Cómo dice?
- Si hombre, las pinturas rupestres, siempre he querido verlas de cerca... ¿tus tíos no cazan?
- Emmm... no... digamos que ya no se estila...
- Ya veo ya... - el señor Weasley acarició la cabeza de tio Vernon - qué mono... ¿muerde?
- A veces...
- ¡AIBÁ! si hay más muggles. ¡Mira Zanky! ahí hay una cría de muggle, y tras las cortinas veo a una hembra... alucinante... los muggles viven en familia. ¿Quién lo diría? Déjame hacer un experimento... - el señor Weasley se acercó un poco a Dudley y éste gritó. Tía Petunia salió de detrás de las cortinas con una escoba, lista para zurrarle como osara tocar a su hijo. - ¡Ajá! tal y como lo muestra la revista de National Mugglatic, las madres muggles defienden con uñas, bolsos y escobas a sus crías.
Zanky quería irse ya, sabía que todo eso lo pagarían los Dursleys con él, y el señor Weasley no facilitaba las cosas.
- Mírale... tiene hambre... les he traido un regalo - el señor Weasley sacudió su varita e hizo aparecer una oveja. Inmediatamente después se escondió tras un sillón a contemplar la reacción de los muggles. - Si no me equivoco, ahora el macho de la manada dará caza a la oveja...
- No señor Weasley, tío Vernon solo va al súper cuando hay oferta en chuletones...
Se oyó un ruido y después vieron algo rodar por las escaleras.
- Ron, te he dicho que no te pongas delante de mí, ¿no ves que llevo el baúl a cuestas?
Charlie, cargando con una mano el baúl de Zanky, bajó y entró en el salón detrás de Ron, que estaba que daba pena verlo de tantos moratones.
- Ya estamos listos papá.
- Bien hijo, pero no molestes a los muggles, recuerda lo que he dicho siempre: no hay que alterar su hábitat. Ahora, pasad tú y Ron con los polvos flú, Zanky y yo os seguiremos.
Ron y Charlie desaparecieron tras una llamarada. A Zanky se le ocurrió una última crueldad.
- Señor Weasley... ¿de verdad quiere ver cómo cazan los muggles? mire, mire... - Zanky sacó una galleta de chocolate que guardaba en el bolsillo y la lanzó en medio del salón. Vernon y Dudley la miraron con ojos golosos y ambos se lanzaron a por ella.
Tío Vernon, con tanto movimiento, hizo que los botones de su traje salieran disparados en todas direcciones.
- Increíble, ¡alucinante! '¡padre y cría luchando por una galleta mientras la madre canta!
- No está cantando, ¡está gritando! vámonos señor Weasley, esos botones son peligrosos.
Zanky y el señor Weasley desaparecieron a través de la red flú justo antes de que un botón les llegara a toda velocidad.
Lo mejor es la búsqueda y captura de la galleta mientras la hembra canturrea para que la caza sea exitosa. Y quién sabe, lo mismo la hembra cambia de macho porque el que ya tiene no provee para su prole. ¡Qué primitimos, por fa!