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15 noviembre 2008


Capítulo 21: El Secreto de Jermayoni

Zanky estaba acostado y tenía los ojos cerrados, pero oía lo que pasaba a su alrededor. Oía las voces de Tita y del primer Ministro discutiendo.

- Esto no hubiera pasado si no tuviérais los salarios tan bajos, pero claro, preferís tener en Azkaban dementores antes que galos, claro, como ellos trabajan gratis a cambio de almas... claro, encima os tienen que agradecer trabajar gratis.

- No Tita, es una cuestión de seguridad y...

- Claro, claro, y a los galos que nos den, ¿y al final quién ha atrapado al caco ese, eh? ¿quién? ¿quién? ¿el dementor que casi pervierte a mi Zanky? Noooo, la Tita. A ver si arreglamos un poco las cárceles, que están llenas de pervertidos con capa, y no me refiero a los presos...

- Entiendo tu postura, pero piensa en que...

- Donde haya una gala bien hecha y derecha que se quiten los dementores, ¡hombre ya! - Tita hacía ruido con algo, parecía que estuviera batiendo con un tenedor - Bueno... ¿y cuánto era la recompensa por capturar a ese asesino? que conste que no lo he matado para cobrar la recompensa, que una tiene sus proyectos, que quiero hacerle un baño a mi Fifí, que cada vez que usa el mío me lo deja lleno de pelos, la muy cochina...

Zanky abrió los ojos y vio a Jana en la cama de al lado, parecía sedada, porque tenía los ojos medio abiertos, uno más que el otro, y le colgaba de la boca una babilla translúcida. En la cama de enfrente pudo ver a Ron, vendado de cintura para abajo y con un casco puesto en la cabeza, todavía inconsciente. Jermayoni estaba sentada en una silla de ruedas, con la cabeza vendada dejando ver solo el rostro, y estaba atendiendo a la conversación entre el ministro y Tita. Tras Jermayoni había una cama ocupada por Dracon, lleno de escayolas y muy sangriento, estaba inconsciente.

- ¿Y qué dice que le ha pasado al hijo de Lucius?

- Pues nada, que me lo he encontrado así ahí en medio del bosque, si es que claro, se meten ahí sin permiso y después les pasa lo que les pasa... hay que bajarle por lo menos 5000 puntos a Ravenclaw.

- ¿No era Slytherin?

- No, no, Ravenclaw... ¡¡¡¡AI MI ZANKY QUE YA SE HA DESPERTADO ÉL MADRE!!!! ¿Quieres una tortillita? estoy batiendo los huevos, ahora mismo te la hago, y mientras cómete ese chocolate que hay en tu mesilla, te sentara bien, cielo.

Zanky se giró hacia la mesita y vio tres bolsas enormes llenas de tabletas de chocolate.

- Mírale ¡qué palido está! pobrecito, tendrá hambre, ahora mismo te traigo tres pollos recién hechos ¿eh? ahora vuelvo, señor Ministro, delante de mí - Zanky se fijó en que Tita tenía al primer ministro encadenado a ella - Que usted no se va de aquí hasta que no vea los galeones prometidos...

Zanky se incorporó y Jermayoni se le acercó en cuanto Tita salió por la puerta.

- Zanky, no veas qué fuerte o sea, qué fuerte, qué fuerte ¡qué fuerte! - Jermayoni tenía cara de procupación, más allá del cotilleo.

- ¿Por qué han sedado a Jana? si solo se desmayó...

- No, si después despertó, pero empezó a darle a los anisetes y ya ves como se ha quedado... pero Zanky, o sea... ¡¡que tienen a Sirius!! está en el aula de Encantamientos bajo llave, esta noche mismo los dementores le van a dar el b... el be...

- ¿Beso?

- Si, eso - Jermayoni ahogó una arcada - tenemos que hacer algo, o sea, es inocente.

- ¿Y qué te ha pasado en el pelo?¿Por qué lo tienes vendado?

- A mí nada, y no vuelvas a preguntarme más por mi pelo ¿quieres? - Jermayoni hablaba muy en serio. - ¿Qué hacemos? ¡¡¡Qué hacemos!!! el Ministro no me cree, y encima Tita le ha dicho que no me crea, que me invento las cosas, sólo quiere la recompensa...

- No fé qué pofemos afer... afí sin comef nafa no fe me ocurre...

En ese momento se abrió la puerta de la enfermería y Jermayoni, instintivamente, se cubrió con las manos la cabeza y agachó el cuello, pero volvió a bajar los brazos en cuanto vio que era Dumbledore, con las mejillas, orejas y la nariz coloradas, una sonrisita tonta, y caminando haciendo eses.

- Hip, ¿Charlie? ¿Estás por aquí Charlie? Hip, Hip - Zanky vio como Charlie salía huyendo al final del pasillo - Vaya, me he vuelto a equivocar, hip.

- ¡¡Profesor Dumbledore!! ¡¡Tiene que ayudarnos!! - Jermayoni se le acercó desesperada - Sirius es inocente, fue Colagusano, que era el tejoncito de Ron, ¡¡son animagos!! Sirius es inocente, ¡¡no permita que le den el beso!!

- Hip, hay que ver lo que ha perdido ese chico, cuando yo lo conocí antes... 20 años... ¿o fueron 30? no sé... el caso es que tenía unas piernacas... y unos brazotes.... hip... oi, que me pongo rojo de pensarlo... y ahora... le acabo de ver y no le entendía hip, hip, hablaba con un pañuelo en la boca...

- ¡¡Pero tiene que creernos!! ¡¡Por Charlie!!

- ¡¡Hip!! Me has convencido jovenzuela, ¡¡ve a rescatarle!! usa el gritatiempos ese en silencio, venga, ¡¡va!! ¡¡¡¡fiesta!!!! - Dumbledore salió de la enfermería cerrando la puerta y bailando.

Jermayoni se puso seria, miró a Zanky fijamente y sólo de dijo:

- Zanky, comienza la misión de rescate. ¿Estás preparado?

- Espera. - Zanky fue hacia la ventana, dio un golpecito a un ladrillo y de un escondite sacó una magdalena. Se la guardó en el bolsillo y volvió junto a Jermayoni - Listo.

Jermayoni sacó de su cuello un collar extraño, tenía forma de reloj de arena circular, le dio tres vueltas y se lo pasó por su cuello y por el de Zanky. Zanky quiso tocarlo pero Jermayoni le dio una palmada en la mano.

- Toca esto y es lo último que haces en la vida, o sea, como se pierda una sola de sus mil quinientas piedras preciosas en miniatura no lo cuentas.

Todo a su alrededor comenzó a moverse de forma extraña, se vio a sí mismo llegando a la enfermería, todo pasaba muy rápido hasta que se detuvo.

- ¡¡Corre!! ¡escondámonos aquí! - Jermayoni abrió una puerta de un pasillo, era un escobero - No, aquí no, mejor busquemos otro sitio...

Tras lograr esconderse en un aula vacía, Jermayoni le explicó a Zanky qué había sucedido.

- Verás, o sea, esto es un giratiempos, ¿a que es mono? me lo dieron a principio de curso para poder ir a las clases y a mis tratamientos de belleza aunque fueran a la misma hora. Son muy raros y peligrosos, porque cuando estás en el pasado, como ahora, no puedes hacer nada, tienes que pasar desapercibido, o sea, y claro, para una chica tan fashion como yo eso no es nada sencillo... Ahora - miró por la puerta medio abierta - debemos rescatar a Sirius, a esta hora estábamos de camino a la cabaña de Tita... ¿Zanky?

- Aquí eftoy.

- Bien, vamos allá.

Bajaron las escaleras automáticas hasta llegar a la salida del castillo, y continuaron hacia la cabaña por el linde del bosque, escondiéndose entre los árboles.

Mientras bajaban oían los pasos de ellos mismos por la ladera, bajo la sábana. Se detuvieron frente a la huerta, repleta de cuervos, de Tita, detrás de unos árboles del bosque. Oyeron como llamaban a la puerta y cómo Jermayoni salía bajo la sábana mientras Tita abría.

- Entra aquí pija o te corto el cuell... ¡¡Hola Zanky!! ¡¡Hola Ron!! ¿Qué hacéis aquí? qué... sorpresa... jijiji, jijijiji.

Zanky se quedó de piedra, se vio a si mismo cuando se quitó la sábana invisible, era increíble, no se recordaba así, almenos no pensaba que se viera así desde fuera... realmente Jermayoni le había influenciado mucho en estilismo, de hecho, pensando en eso, Zanky bajó la mano con la que estaba recolocándose el flequillo.

- Jermayoni...

- ¿Si Zanky?

- ¿Estamos ahí dentro pero también estamos aquí?

- Si Zanky, y no nos pueden ver, es muy peligroso, ya me lo dijo Dumbledore, dice que él, por accidente, se vio a sí mismo usando un giratiempo y dice que desde entonces sus gustos cambiaron radicalmente... imagino a qué se refiere.

- ¿Ah si? ¿dejaron de gustarle las magdalenas?

- No Zanky, o sea, ya sabes... Dumbledore es...

- ¡¡¡QUE TE LO PONGAS!!! - se oyó el grito de Tita dentro de su cabaña.

Zanky miró hacia el lago, allí vio a Fifí, dándose el lote con el chucho, que era en realidad su padrino, los dos mojándose los pies, y Sirius parecía intentando convencer a Fifí de algo.
Acababa de darse cuenta. El tejoncito estaba dentro de la cabaña, Zanky tenía que ir a atraparlo, no podía quedar libre, pero al dar un paso al frente tanto Zanky como Jermayoni se quedaron helados.

- ¡Hola! ¿Qué hasei?

Jana estaba tras ellos, con un helado de triple chocolate con caramelo, y con cara de alegrarse de verlos.

- Oyes, que parese que hayai vito a un muerto, xiquillo, ¿qué pasa?...

Jermayoni y Zanky siguieron sin moverse, no sabían cómo actuar.

- Aaaah, ya sus he pillao, Jermayoni, tranquila, no me mire así, que m'han dixo que ete helao es lai, y que no engorda ni un gramo, vamo, que eto elfo son majísmos.

- Jana..

- ¿Si, Jerma?

- Por qué no vas al castillo... ¿eh? que a Zanky... o sea, le apetece uno... ¿verdad Zanky?

- Si, si, mucho, mucho.

- Y po qué no vas tú y nos dejas solitos Jerma... ya sabes... a ver si le puedo meté mano... - Jana habló bajito a Jermayoni, guiñándole un ojo.

- No Jana, que a ti los elfos ya te conocen tía, ve, ea, ea, así, venga, más deprisita que yo te vea.

- Vale tia jo, pero no empuje, que voy con tacones. - Jana caminaba hacia el castillo y saludó al primer ministro, que iba acompañado por Dumbledore y un verdugo.

Zanky y Jermayoni se escondieron aún más entre unos arbustos, pero algo se movía dentro del bosque, algo... muchos ruidos sigilosos estaban tras ellos, rodeando la cabaña. Zanky se agachó, y Jermayoni sólo bajó el pompis porque no quería ensuciarse.

- ¡¡QUE TE PONGAS EL TRAJE!!
- ¡¡QUE NO!!

- OIIIII, OIIII - Tita no controlaba su voz, desde fuera se oía perfectamente la conversación. - ¡¡LA ÚLTIMA!!

Zanky vio a Fifí entrar por la puerta de atrás cuando él mismo, Ron y Jermayoni salían por ella. También vió por la ventana como Tita bloqueaba la puerta principal con un pesado mueble cuando el Ministro llamó al timbre.

Ding Dong Diiiing
- ¿Sí? ¿quién es?
- Soy el ministro de magia.
- Oiii, mi querido señor, ya va, ya va... oiiii, qué mal, qué mal... que se me ha atascado la puerta con un mueble.... qué mala suerte....

Era como vivir lo que ya se había vivido. Zanky escuchó la conversación entre Tita y el primer ministro, y oyó como Fifí le tomaba el pelo a Tita para que entraran por la puerta trasera. Inmediatamente los tres chicos salieron corriendo en dirección al castillo, subiendo por la ladera de la colina mientras el ministro, Dumbledore y el verdugo entraban por la puerta trasera, a la vez que Fifí salía, tranquila, en dirección al perro salchicha, que le esperaba cerca del melocotonero boxeador.

Desde fuera se oía a Tita nerviosa, intentando seducir a Dumbledore para que se tomara una tila con ella.

Zanky cayó en la cuenta. Debían salvar a Boby, era una muerte injusta, y no soportaría ver a Tita haciendo punto de cruz con el dibujo de Boby antes que hacerle galletas a él. Convenció a Jermayoni, pero ella no coincidía con él.

- No, o sea, que quería pedirme la piel para hacerme un abrigo fashion de la muerte.

Zanky convenció a Jermayoni de que tenían poco tiempo, además necesitarían a Boby si estaban en peligro con los dementores. Fueron sigilosamente hacia la parte trasera de la cabaña, donde Boby estaba atada a un poste, durmiendo, lejos de los árboles y arbustos. La hipogrifa, mitad buitre y mitad toro, no quería levantarse.

- Vamos Boby, por favor, venga, vengaaa, que te van a convertir en comida para gatos...

El animal parecía que le entendía, se levantó y echó a correr hacia el bosque, seguida de Zanky y Jermayoni.

Pero en cuanto el verdugo salió de la cabaña con la intención de cortar el cuello de Boby, que presuntamente estaba encadenada cerca del huerto lleno de cuervos, Tita salió corriendo y le dió un empujón.

- No pudisteis conmigo la otra vez y ¿os pensáis que vais a poder matar a mi Boby en mi huerta? ¡JA! la lleváis clara conmigo, so fascistas, ¡¡FASCISTAAAAS!!

- Tita, sabíamos que esto podría pasar - el ministro levantó una mano a modo de señal y, entre los árboles y arbustos cercanos a donde estaban Zanky con Jermayoni, salieron decenas de grises, que rodearon a Tita, y tras dejar a varios de ellos KO consiguieron amarrarla y sugetarla fuertemente.

- ¡¡¡¡SOLTADME, FASCISTAAAAAS!!!! Oi, qué musculazos... digo.... ¡¡FASCISTAAAAAAAS!!

- ¿La tenéis bien sujeta? - El verdugo estaba escondido debajo de la mesa de la cabaña, acobardado por la reacción de Tita.

El verdugo salió hacia Boby, que la habían visto en el jardín trasero al llegar a la cabaña, pero se detuvo de pronto al doblar la esquina, Boby no estaba.

- Ui, ¡qué catástrofe! bueno, pues nada, se habrá escapado... ahora a ver quién es el listo que se mete en el bosque a buscar al bicho... - Dumbledore se giró en dirección al interior de la cabaña de Tita. - Perdone usted, mozo, pase un momentito al interior de la cabaña. Usted también señor ministro, y traigan a Tita Hagrid, es que me ha dado antojo de empanada y Tita las hace muy buenas, vengan, vengan, tienen que probarlas, ¿tienes vino, Tita?.

- Ai que mi Boby no está, ai que lista es mi Boby madreeee, ai que alegría, ¡¡¡¡hay que contenta estoy!!!! ¡¡SOLTADME YA, FASCISTAS!!

- Si, Tita, si... venga, entremos a merendar, pero saca el vinito ¿eh?.

- ¿Que tengo que hacer la merienda para esta gentuza? ya me estás subiendo el sueldo Dumbledore...

Todos entraron a la cabaña, apenas cabían, pero el verdugo se quedó fuera, tenía que liberar estrés y, con su enorme hacha, mató al cuervo que vio más cerca, el más grande que había. Inmediatamente, todos los cuervos salieron huyendo hacia el interior del bosque.

- ¡Anda! ¿Qué has hecho para librarte de ellos, guapo? - Tita le miró desde la ventana, con una mirada entre asombro y seductora... o almenos lo intentaba.

- Pues... para acabar con las plagas de cuervos no hay nada mejor que acabar con la cuerva reina, todos los demás saldrán huyendo si su reina ha muerto... ésta era la reina.

- Vaya con el verdugo, además de guapo y cachas eres listo ¿eh?... ¿haces algo esta noche, guapetón? puedo hacerte una pasarela de trajes de baño galos...

- ¡Tita! ¿viene o no viene el vinito?

Desde su posición, en la linde del bosque, vieron cómo Fifí salía disparada hacia Ron, junto a Sirius transformado en perro. Vieron también como Jermayoni se subía a la copa del melocotonero boxeador y comenzaba a podarlo de arriba abajo, y a Jana desmayada unos metros más allá. Cuando ya Jermayoni había entrado por el pasadizo no faltaba más que esperar...

- Bueno Zanky... y dime, ¿qué tal tu tratamiento capilar?

- Bien... ahí va...

- Recuerda: enjabonar, aclarar y repetir, sieeeempre repetir.

Oyeron un grito en el interior de la cabaña, ya estaba anocheciendo y Tita estaba perdiendo los nervios.

- ¡¡FUERA DE AQUÍ, GORRONES!! ala y que os dé de comer vuestras MagiMixes, ¡¡panda de hambrientos!! será posible, dos kilos de empanadas y aún piden más.... y usted, Dumbledore, ¡¡suelte la botella de vino!! fuera de aquí, ¡¡¡¡fuera!!!! - Vieron como todos salían corriendo de la cabaña y subían por la ladera de la colina hacia el castillo, Dumbledore haciendo eses y luciendo sus medias rosas cuando se levantaba la túnica de forma provocativa.

Tita salió de la cabaña por la puerta trasera, llevando la bici estática que nunca había aprendido a utilizar y se metió en el bosque... mientras estaba ausente vieron a Lupino entrar por el pasadizo secreto del Melocotonero Boxeador, y a Dracon, escondiéndose a gachas entre pequeños arbustos que ocupaban la mitad de él, como si fuera una ratita que ha visto un delicioso manjar y no quisiera ser descubierta. Se acercó a casa de Tita y se oyó un "Plum", Dracon había caído en un foso del que no podía salir y oían como intentaba trepar sin éxito para salir de allí.

Tita seguía sin salir del bosque, y Zanky vio a Fred y George, llevando sacos enormes y pesados, hacia donde se había metido Tita, entonces se la cruzaron.

- Ui, hola... ¿dónde vais?

- Pues a...

- ¡Oh! ¿eso es carne cruza? ya veo... fíjate, si tiene pelo rojo, ¿qué carne es?

- Es carne de...

- ... de clones de Charlie, que nos sobraban y hemos dicho... venga, ¡vamos a dárselo a los centauros! - George hablaba de forma que parecía improvisada.

- Jajaja, ains... estos chicos... cuánta imaginación, ea, no tardéis mucho, que ya está anocheciendo, cualquiera diría que estáis haciendo de las vuestras aprovechando la oscuridad, menos mal que os conozco, si os juntáis con la Susan, que es un cielo, no hay peligro de nada.

- Si, si, Tita, no tardamos, solo son trescientos sacos, los centauros se pondrán contentos esta noche - Fred sonrió y los gemelos entraron al bosque con los sacos.

Tita ya no llevaba la bicicleta, en su lugar llevaba una muñeca de porcelana, magullada y muy sucia. Jermayoni ahogó un grito.

- ¡¡Tita ha encontrado mi Mimosita!! ¡¡La ha rescatado!! es mi heroína, ¡¡adoro a Tita!!

- ¡¡TÚ!! ¡¡SO GRANUJA!! Así que tú eras el famoso ladrón de las galletas ¿eh? oiiii, con las ganas que te tengo, a tí y a tu padre. Por vuestra culpa casi matan a mi Boby, te vas a enterar.

Tita, de un salto, se metió en el foso.

- SOCORROOOOOO SOCORROOOOOOOOO.

- Si, si, grita, porque te voy a cortar las cuerdas bucales con mis propias uñas, que me las he estado dejando crecer aposta... Ui, ¡me has roto una uña! ¡¡¡ME HAS ROTO UNA UÑA!!!

- SOCORRRRRRROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.

Desde el interior del foso salían sonidos fuertes, Dracon pidiendo auxilio, en ocasiones se le veía sacar las manos del foso, pero volvía a caer.

- ¿Has visto? Tita se preocupa de sus uñas, qué ilu, o sea, ya veo que está tomando el camino correcto de la moda - Jermayoni estaba muy contenta.

Vieron a Fifí salir del melocotonero boxeador, llorando desconsoladamente en dirección al foso en el que se encontraba Tita con Dracon.

- Déjame Fifí, que estoy ocupada, ¿no lo ves? - Tita paró de golpear a Dracon dentro del foso - ¿Qué qué? que Lupino ¿qué? Oiiii, oi. Este se la carga, no te preocupes Fifí, ¿y dónde dices que están? ¡Ah!, ¿que hay un pasadizo en el melocotonero? con la de veces que he ido a recoger melocotones y nunca lo he visto - Tita salió del foso de un brinco, dejando a Dracon dentro - ¡¿Pero qué le han hecho a mi melocotonero?! ¡¡¡¡lo han dejado pelón!!!! ¿ahora con quién prácticaré mi tiro al melocotón? esta gente... como los pille...

Vieron como Tita salía hacia el melocotonero, apartó a Jana, aún desmayada, de su camino y se puso la sábana invisible que se le había caído a Zanky antes de entrar al pasadizo.

- Mira que mona estoy, si me hace más delgada.

Con esas últimas palabras perdieron de vista a Tita.

Fifí mientras tanto entró en la cabaña, sacó un vaso, lo llenó de Whisky y se sentó en una silla a bebérselo, llorando desconsoladamente y moqueando por el hocico.

Jermayoni empujó a Zanky.

- Vamos, tenemos que rescatar a Mimosita.

Zanky dejó a Jermayoni hablando con su muñeca de porcelana y se acercó al foso. Dracon estaba en el fondo, sangrando por todos lados, seguro que con huesos rotos, tumbado boca abajo en una postura extraña y con la cabeza semi enterrada, estaba inconsciente.

Zanky y Jermayoni se metieron dentro de la cabaña, escondiéndose de Fred y George, que acababan de salir del bosque a por más sacos, y viendo como Fifí bebía trago tras trago de whisky.

El tiempo pasaba y Zanky no veía que nadie saliera del Melocotonero Boxeador. En esos momentos él era el único con la mente despejada, ya que Fifí estaba dormida, borracha y babeando sobre la mesa, con la botella de whisky vacía. Y Jermayoni no era de mucha ayuda, estaba peinando a su muñeca y haciendo hechizos de limpieza en el vestidito, e intentando reparar la mano rota de la Mimosita.

- No te preocupes Mimosita, yo te dejaré como nueva, ya verás cuando volvamos al castillo, te voy a poner tu vestido favorito, ese rojo pasión que vuelve tan locos a los Kens... si, si, ese, la Barbie te va a tener una envídia increible, ya verás, ya verás... ya está, ya está, Jerma está aquí contigo, ya pasó lo malo, no te preocupes.

Zanky nunca pensó que la cabaña de Tita fuera tan aburrida sin ella ni la comida. Veía platos sucios de la merienda, copas de vino vacías, manchadas con pintalabios rosa... se asomó por la ventana y vió de nuevo a Fred y George cargados con sacos enormes y pesados hacia el interior del Bosque.

- Y ya verás cuando te vea la tita Jana, se va a llevar una alegría que...

- Jerma...

- ... que le va a dar un suponcio o algo y...

- ¡Jerma!

- ... y te bañará, y la convenceré para que te deje el pintalabios que tanto odia que use contigo, ya verás, ya verás...

- Bueno, pues nada, solo que ya han salido, Lupino se ha quitado la camisa... se está transformando... hay una explosión en el árbol y ha salido Tita... estás a punto de morir. El perro salchicha sale disparado hacia el lago después de que Tita le diera una patada y... está discutiendo con el hombre lobo... ¿Jerma?

- ... y te voy a dejar comer un máximo de 600 calorías, que después me engordas y te quejas de que...

- Bueno, que... voy al lago a ver como salvo a Sirius si eso... tú quédate aquí, no te preocupes por mí, igual muero o... vete tú a saber... en fin...

- ... el chocolate queda prohibido ¿eh, Mimosita?, en el cuarto de las chicas está vetado...

- Ya tengo un pie fuera de la cabaña....

- ... mira qué limpito te está quedando el traje, ¿estás contenta Mimosita?

- ... ya tengo el otro pie fuera de la cabaña...

- .... y ya no se te nota que tuvieras un ojo medio quemado... qué mona estás quedando.

- Bueno, que ahí te quedas, Jerma.

Zanky salió de la cabaña, escondiéndose en las lindes del bosque de camino hacia el lago. Se cruzó de pronto con Tita Hagrid, que perseguía a Lupino con un lacito lila en la mano, suerte que no le descubrió. Miró hacia la izquierda y se vio a si mismo corriendo hacia el lago, y enseguida Jana tras él mientras Jermayoni se quedaba sentada al lado de Ron, a solas, aprovechando para cogerle la mano y hacerle una manicura, mirando por si alguien le veía.

Llegó a la orilla del lago, lejos de donde estaban él mismo y Sirius llorando. Vio como Jana bajaba la cuesta con sus tacones y, en seguida, el lago comenzó a congelarse.

Cientos de dementores estaban sobre ellos. Se veía a si mismo intentando hacer el hechizo Patronus, pero fallaba, eran demasiados dementores. Las criaturas con capa negra y huesudos les estaban absorbiendo el alma, y Jana caía desmayada.

Zanky estaba seguro de que alguien llegaría, cerca de él, y le salvaría... era su padre, seguro, su padre fue el que invocó aquel patronus pequeño desde la misma orilla en la que estaba ahora. Esperó y esperó, pero no pasaba nada, no veía a nadie, solo a él sufriendo y una voz...

- ¡Mira qué bien se lo está pasando Zanky con los dementores! si se ve que han hecho buenas migas... y mi Congui, qué majo él, que ha llevado a sus amiguetes para presentarles a Zanky... - Tita estaba escondida, un poco más adelante, tras un arbusto, contemplando la escena pero sin ser consciente de la gravedad del asunto. - ¡Eh! Congui no, Congui.... Congui, Congui... ¡¡¡Oi el Congui que descarado!!! morreos a mi Zanky no, ¿eh? ¡¡MORREOS NO!!

Pero antes de que Tita pudiera salir de su escondite, Zanky sacó su varita e invocó el patronus con toda su energía, pensando ya no en las magdalenas, sino en su sabor, sabor a chocolate blandito, y rellenas de más chocolate, con tropezones de crujiente avellana... mmm...

El patronus era reluciente, en forma de ardilla enorme, y su resplandor cubría todo de calor y luz. Los dementores salieron huyendo, nadie sabe si por la potencia del patronus o por la inesperada aparición de Tita. Cuando el patronus se desvaneció volvió a esconderse.

- ¡¡ZANKYYYY!! - Tita corría hacia el Zanky que estaba tumbado en el suelo, sin sentido. - ¡¡AI MI ZANKY!! que no está acostumbrado al amor, pobrecito mío... ¡¡COCHINOS!! ¡CONGUI COCHINO! y yo pensando que los dementores eran decentes... ¡¡DE AHORA EN ADELANTE OS QUIERO A 10 METROS DE MI ZANKY!! Si es que no gana una para disgustos...

Tita se cargó a Zanky y Jana en un solo hombro, pero después se lo pensó mejor y llevó a Jana en el otro hombro. Agarró por las piernas a Sirius y lo arrastró hacia arriba de la colina, donde se encontró con Jermayoni.

- ¡TÚ! Lleva a Ron al castillo, delante de mí, ¡que yo te vea! que hoy te la has ganado... suerte tendrás si mañana sigues con todos tus miembros enteros, ¡PIJA!

Zanky subió rápido a la cabaña de Tita sin ser visto. Sabía que en la cabaña no estarían a salvo, porque Tita iría a recoger a Dracon. Cuando entró vio a Jermayoni aplicando sombra de ojos a su muñeca, Fifí seguía dormida sobre la mesa, roncando.

- ¡Chst! Jerma, que vienen, ¡que vienen! tenemos que salir de aquí.

- Y después con el colorete te dejaré un cutis increible, ya verás, Mimosita.

- ¡¡Jerma!!.

- Voy a recuperar el tiempo perdido, a hacerte fotos, o sea, no te perderé nunca jamás y no permitiré que nadie te haga daño, a no ser, claro, que mi propia belleza esté en juego, entiéndelo Mimosita, yo soy más guapa que tú...

- ¡¡Que viene la trolla!!

- ¡¡Osplás!! - Jermayoni salió corriendo, con su mimosita en brazos, hacia el Bosque Prohibido, iba tan rápido que a Zanky le costaba alcanzarla.

Estaban bastante dentro del bosque, no veían la cabaña de Tita y todo estaba oscuro. Jermayoni por fin había salido de su ensimismamiento.

- ¿Qué ha pasado Zanky? O sea, ¿se ha salvado Sirius?

- No, Tita se lo lleva al castillo, pero sabemos donde está ¿no? todo es cuestión de encontrar la forma de llegar hasta el aula de Encantamientos y sacarlo de allí.

Un grito se oyó desde la cabaña de Tita.

- ¿Esa eras tú, Jerma?

- Ermmm... puede ser. Vale, tengo un plan, busquemos a Boby, ella puede volar, la usaremos para llegar los tres al aula, está en la torre norte. - Jermayoni dio un vistazo a su alrededor - ¡¡¡Boby!!! ven bonita. ¿Boby?

Comenzaron a buscar a Boby por el bosque, la llamaban a gritos sin pensar que eso podría llamar la atención de otras criaturas...

- ¿Boby? ¿eres tú? Zanky, ¿Boby tenía flequillo?

- No, ¿por?

- Vale, o sea, ahora es cuando yo me vuelvo histérica... ejem, ejem.... ¡¡¡¡AAAAAAAH!!!!

Jermayoni salió corriendo, y tras ella, el hombre lobo, Lupino. Zanky corría también a través de los árboles, pero llegaron a una roca en donde quedaron atrapados.

- Zanky, Zanky, ¿Qué hacemos? ¡¡nos va a comer!! ¡¡¡NOS VA A COMER!!! ¡¡¡Y mi carne está muy buena!!!

- Tranquila Jermayoni, no hagas movimientos bruscos... tenemos que distraerle... lánzale la muñeca.

- Lánzale tus magdalenas, ¡no te digo!

- Ya me las he comido.

- Pues... tírale los gallumbos, ¡¡pero mi Mimosita no!! - Jermayoni abrazó a su muñeca, medio llorando mientras Lupino se acercaba desafiante, con su flequillo perfectamente peinado.

- Jermayoni, - Zanky hablaba bajito - tu propia belleza está en peligro... es o tú o Mimosita... te juegas mucho...

- Hay Zanky, no.... mi Mimosita no...

Lupino ladró, Jermayoni dio un grito y lanzó sin mirar su muñeca a las fauces del lobo, momento en que aprovecharon para huir mientras el hombre lobo hacía trizas la muñeca y un hoyo para enterrar los restos.

Estuvieron corriendo un buen rato, hasta que por fin se cruzaron con Boby, que estaba comiendo parte de los sacos que los gemelos Weasley habían llevado al bosque.

- ¿Qué hora es, Jermayoni?

- Ui, ya llego tarde a manicura... y me hacía falta, mira qué uñas, ¡un horror!, o sea, son las ocho y media casi.

- ¿Y a qué hora tenemos que estar de vuelta?

- En quince minutos deberíamos estar en la enfermería, o sea, tenemos prisita... hay que rescatar a Sirius...

Subieron, con mucho cuidado, a lomos de Boby, que comenzó a volar hacia el castillo. Llegaron frente a la ventana de Encantamientos, en la torre norte, y aguardaron a que Dumbledore abandonara la estancia.

- Pues yo te recordaba más cachas, hip, una pena, hip, pero bueno, total, te quedan unas horas de vida.

- No, pfffff snif, yo soy inocente, sniiiif.

- Te creo, te creo, hip, venga, ¡¡¡fiestaaaa!!! ¿Charlieee?

Dumbledore salió del aula, medio bailando y cerrando con llave. En ese momento abrieron la ventana y dejaron que Sirius se montara entre Zanky y Jermayoni.

- O sea, me voy a caer, si es que no tienes chicha donde agarrarse...

Llegaron a la terraza de la torre norte y Zanky y Jermayoni se bajaron de Boby.

- Bueno... imagino que esto es un adiós.

- Si Zanky, muchas gracias por todo sniiif, pero tengo que irme pitando, que se me han acabado los clínex y no tengo con qué limpiarme, sniiif.

- Si, si, vete, o sea, y dúchate un día de estos, ya cuando estés más apañado nos avisas y vamos de visita aunque... seguirás en busca y captura ¿no?

- Si, snif, pero... snif, almenos sabéis la verdad, snif snif, ¡adios! Te quiero Zanky.

- Si, si, enga, vete papi Sirius.

Y llorando, Sirius y Boby desaparecieron bajo la luz de la luna llena.

¡Ya hay un comentario!

  1. Anónimo dice:

    ¡Así que Dracon era el ladrón de galletas! Eso sí que no me lo esperaba. Algo me dice que Jermayoni tiene esas vendas por falta de pelo u otro daño causado por Tita xD Me intriga lo que están planeando Fred y George ¡Sigan escribiendo!

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